miércoles, 29 de mayo de 2013

LOS OJOS COMO FUENTE DE INSPIRACION.



Permitidme  iniciar este recorrido por el campo de la  visión, tomando como inspiración a  Nuestro Nobel de Literatura,  con la siguiente afirmación que se encuentra consignada  en una de sus obras: “ENTONCES me miró. Yo creía que me miraba por primera vez.  Pero luego, cuando dio la vuelta por detrás del velador y yo seguía sintiendo  sobre el hombro, a mis espaldas, su resbaladiza y oleosa mirada, comprendí que era  yo quien la miraba por primera vez”.
Jorge Isaac,  famoso por su novela MARIA, también en una cuarteta nos recuerda acerca de los ojos:        
                               “Cinco sentidos tenemos;
                                 todos los necesitamos;
                                 todos cinco los perdemos
                                 cuando nos enamoramos.
José María Vargas Vila,  inicia su novela, AURA O LAS VIOLETAS, con la siguiente alocución a los ojos: ” Descorrer el velo tembloroso con que el tiempo oculta a nuestros ojos los parajes encantados de la niñez;
Aspirar las brisas embalsamadas de las playas de la adolescencia;
Recorrer  con el alma aquella senda de flores, iluminada primero por los ojos cariñosos de la madre, y  luego por las miradas ardientes de la mujer amada;
En cuanto a canciones,  el compositor Carlos del Valle, en la canción, Adoro niña tus ojos expresa:                                   Adoro niña tus ojos porque retratan los cielos,
                               me gustan tus labios rojos porque a la miel le dan celos.

                               Me dan envidia los cielos porque viven en tus ojos
                               y la miel me causa celos porque está en tus labios rojos.

                               Ante el cielo de tus ojos y el misterio de tus labios,
                               está la ciencia de hinojos y están absortos los sabios.

                               Por eso al verme de hinojos me muero, dicen los sabios,
                               si no me miran tus ojos, si no me besan tus labios.

Los ojos como proyectores de mirada, irradian  alegría, tristeza, pero también manifiestan  pensamiento, tal como lo expresaron los ojos de María al contemplar el cuerpo de su hijo  colgado en el patíbulo: “¿aun vives, hijo mío?
Y como diría Cesare Pavese… Hasta la muerte tiene ojos.