Del cipo de la existencia extinguida,
su ábside ya no se percibe;
Nadie comprende que allí vive,
un recuerdo que ayer tuvo vida.
La ilusión hoy no es mecida,
porque el lampo de la vida se lo prohíbe;
Dios que esperaba hoy recibe
el dolor de una muerte presentida;
Por dislalia la muerte es callada,
y su eco es la voz en la quimera,
nos sorprende aunque siempre sea esperada;
Con ansiedad por el prestigio de su frontera,
Se llora aquel cuerpo que hoy es nada,
Se clama, pero es inútil;… Quien creyera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario